Para Ana, cada día en el centro de masajes era una auténtica carrera contra el reloj. Intentaba organizar las citas, contestaba llamadas constantemente y hacía todo lo posible por mantener contentas a las clientas. A veces, incluso durante una sesión, sonaba el teléfono: «¿Tienes un hueco hoy?» O peor aún, una clienta olvidaba por completo su cita.

«Me encantaba ofrecer momentos de relajación, pero el caos organizativo casi me hacía perder la alegría por mi trabajo», cuenta Ana.

Todo cambió cuando Ana descubrió Zen Agenda, un sistema creado especialmente para profesionales como ella. Con curiosidad, lo probó y en pocos días su negocio estaba mucho más organizado.